Se abre febrero, y esta vez lo hace de un modo especial. Normalmente, siempre lo hacía de manera perezosa (casi a escondidas), ya no solo por ser el mes más escueto, sino por avanzar implacable tras enero y el comienzo de año.
Empezar de nuevo tras las fiestas invernales se hace extraño, y la resaca del jolgorio a veces nos plantea dudas y quiebres en nuestro día a día; ¿llegaré a cumplir mi propósito de este año nuevo? ¿Quién recojerá los adornos de navidad? ¿Volverá a subir el tabaco?…
La vuelta a la rutina es dura y complicada pero, a veces, recibe giros y quiebres como los vividos hoy, 5 de febrero de 2023. La casualidad, el interés mutuo, la cordialidad, el respeto, el sacrificio y el afán de un proyecto en común se encontraron y regalaron este día. Cuando me encontré con una conocida al acabar la jornada me preguntó: «¿qué tal el día de servilismo voluntario?», «No podría haber sido mejor», contesté.
Y no podría haber sido mejor porque pequeños días como estos son los que nos permiten afirmar que hay sueños que pueden cumplirse. Que otras formas de vida son posibles. Que existen otras maneras de encontrarnos y de relacionarnos. Momentos en los que el esfuerzo y el trabajo (términos que debemos replantearnos hoy en día), se desarrollan sin esfuerzo y sin trabajo porque, cuando hacemos lo que queremos, tal y como queremos, todo es distinto. Como no nos afecta la prisa del tiempo, los horarios, las fechas y los límites estamos ahí, donde debemos estar y con quien queremos estar.
Es complicado resumir en pocas palabras momentos tan grandes. El sol y el buen tiempo, el barro, las mezclas, las herramientas, los olores, las gallinas y los patos, los niños jugando, adultos descansando, las plantas, la collideta, las risas y la despedida. Experiencias que nos llevamos y que, personalmente, me esforzaré por recordar y recoger. Pero no con nostalgia triste, sino con alegre esperanza, ya que no creo, sino sé que volverán a darse, porque volverán días como estos, porque tendré más días como estos.
Sólo me queda agradecer, y por eso doy gracias a todos los que habéis hecho posible este día.
Un abrazo, os saludan Ángela y Jaime.